El hecho de tener que realizar diferentes actividades de índole laboral, usando el computador como herramienta principal, conlleva una serie de esfuerzos del sistema visual para mantener la visión sencilla y confortable y, adicionalmente, se pueden presentar cambios en la superficie ocular. Todo lo anterior abarca el espectro sintomático del síndrome visual informático (SVI), que se produce al usar dispositivos electrónicos como computadores en principio, y ahora, se extiende al uso de tabletas y smartphones, que son de mayor uso en la sociedad actual, por todos los grupos etarios y en todos los escenarios de posibilidades de uso.
Si se tiene en cuenta la población de trabajadores que dependen de los dispositivos digitales, no se debe excluir desde ningún punto de vista a los présbitas, ya que representan un gran porcentaje de la fuerza laboral en el mundo, además de la misma frecuencia de la presbicia en los habitantes de este planeta.
En este aspecto en particular, el hecho de tener presbicia puede implicar ciertos retos para desempeñar actividades con los computadores; entre ellas se puede mencionar la fuerte demanda visual que representa el mantener la mirada fija en la pantalla del dispositivo por horas. También se debe resaltar la cantidad de cambios de fijación entre la pantalla y el teclado, generando la necesidad de cambios acomodativos constantes. En cuanto a la parte de binocularidad, se van a necesitar también diferentes variaciones en la convergencia con la mirada alternante, y mantener la fusión en la mirada fija. También se va a ver implicada la calidad de los movimientos oculares, ya que será necesario mantener una muy buena coordinación tanto de los movimientos sacádicos, como los de seguimiento. (1)
Por otra parte, la necesidad de alta concentración para la realización de tareas con las pantallas, desembocará en una reducción de la frecuencia de parpadeo que, en el caso del paciente mayor de 40 años, se combinará con la tendencia a desarrollar ojo seco por la edad. En este sentido, aumentará el riesgo de mayor evaporación de la película lagrimal y alteraciones subsecuentes de la superficie ocular que causarán un aumento del inconfort. (1)
Al analizar más a fondo la presbicia y el trabajo en computadores, se han identificado ciertas limitaciones, entre las que se cuenta la reducida capacidad acomodativa, que comprometerá el enfoque instantáneo en los cambios de las distancias intermedia y cercana. Adicionalmente, las adiciones progresivas representan, según el tipo de lente, desafíos para los fabricantes, en el sentido de producir lentes que garanticen una amplia visión intermedia, que en muchas ocasiones es difícil por las aberraciones periféricas en esa zona, la amplitud de la excursión de los movimientos oculares y el campo visual intermedio que también depende del tamaño de la pantalla observada. (1)
Con base en las necesidades visuales del présbita y para reducir al máximo posible los efectos del SVI en estas personas, se han diseñado lentes ocupacionales, donde la adición progresiva y el diseño, son calculados específicamente para un mejor desempeño en visión intermedia respetando la ergonomía. Kolbe et al. 2018, realizaron un estudio comparativo entre el uso de lentes de adición progresiva diseñados específicamente para computador y lentes progresivos diseñados para uso general. El estudio reveló que el uso de progresivos generales aumenta 7 veces el riesgo de padecer sintomatología relacionada con el SVI, donde el 84% de los pacientes prefirió el uso de los lentes progresivos ocupacionales para computador.(2)
Sánchez-Brau et al. 2020, en su estudio, revelaron datos interesantes adicionales a las necesidades visuales de los lentes correctores en los présbitas que usan el computador. Por ejemplo, describen una asociación fuerte entre el SVI y la falta de iluminación adecuada para desarrollar el trabajo. Otro factor determinante en la manifestación de los síntomas es la posición de la pantalla, orientación, inclinación, y presencia de reflejos. La alta frecuencia de SVI en a población estudiada (74.3%), se debió a imbalances en la corrección para visión intermedia y cercana, a pesar de que todos los participantes usaban lentes progresivos. Otro factor determinante, fue la postura en el trabajo, donde el grupo estudiado no presentaba postura neutra del cuello. De lo anterior, los autores deducen que entre los factores desencadenantes de SVI, además de las demandas visuales, se encuentran los factores ambientales y posturales, que hacen que el présbita tenga desafíos a la hora de trabajar en pantallas digitales.(3)
También Sánchez-Brau et al. en 2021, dando continuidad al estudio de SVI en présbitas, decidieron comparar el desempeño de dos lentes en trabajadores que utilizaban computadores. Los diseños correspondían a lentes progresivos estándar y ocupacionales. A través de un cuestionario diseñado para el SVI (CVSQ), determinaron sintomatología en présbitas que trabajaban más de 6 horas en las pantallas electrónicas. Se revelaron diferencias significativas en sintomatología, donde la reducción más marcada de síntomas de SVI se presentó con los lentes ocupacionales y en pacientes emétropes présbitas. La idea de este estudio cuasiexperimental fue determinar la necesidad de diseños especiales de lentes ocupacionales que le permitieran al paciente présbita un mayor confort en el trabajo, acompañado de una visión confortable y ergonómica. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta los factores visuales, binoculares, ergonómicos y de descanso, para que el paciente présbita disminuya la presencia de SVI.(1)
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